Resumen del sermón : " Los procesos de Dios en el libro de Nehemías".

Después de obtener una idea clara del contexto histórico en el que Nehemías vivió y ministró, pudimos establecer el paralelismo existente entre la ciudad de Jerusalén y sus muros con nuestras propias vidas: lo que son y lo que significan para Dios. (Isaías 49:15-17) "En las palmas te tengo esculpida delante de mí están siempre tus muros".
Nuestras vidas son como esos viejos muros de Jerusalén: Siempre vistos por el Dios Eterno. El guarda, protege y bendice lo que hay dentro de la ciudad. En el capitulo uno de Nehemías se observa la descripción de la ciudad: todo destruido. Cuantas personas viven una realidad de ruina personal, "quemados" por dentro, sin propósito. Vidas en descuido permanente, en negligencia, que tristemente ya están acostumbrados a vivir con cierta comodidad entre las ruinas.
Debemos ser cuidadosos con las cosas pequeñas, porque acaban siendo cosas grandes. Desechemos toda carnalidad, y confesemos todo pecado.
Dios es un Dios de procesos. Nosotros somos inclinados a buscar los sucesos, los momentos puntuales, pero no debemos olvidar que Dios es un Dios de procesos.
Se señalaron dos:

1. Cuando todo acaba.
2. Cuando todo vuelve a comenzar.

Acabó un proceso en Juicio (Salmo 137).
Es lamentablemente común que no se valora lo que se tiene hasta que se ha perdido ¿Cierto? : el valor de la familia, de la verdadera amistad, de la salud, y un largo etc. Valoremos la Iglesia, el lugar de cada uno en el cuerpo de Jesucristo, el gozo y la alegría, la bendición de poder servir al Señor acompañados de otros que son tan importantes como cualquiera de nosotros, ni más ni menos.  ¿Por qué sacrificar lo mejor por cualquier cosa?.
La amargura, la queja, el evadir la responsabilidad culpando a otros no resuelve la situación de destrucción y fracaso. Detrás de aquellas "arpas colgadas" de las que nos habla el Salmo 137 (expresión que tiene que ver con "colgar los guantes" "tirar la toalla" ) había una larga historia de despropósitos y pecados:

1. Salomón, que aún habiendo llevado al esplendor al reino se desvió tras la riqueza, la fama y las mujeres.
2. Roboam, su hijo, soberbio y altivo, rompió el reino en dos, y tras él una larga lista de 39 reyes desde la división de los cuales 29 el éllos "hicieron lo malo ante los ojos del Señor". Todo eso fue lo que contribuyó al proceso de deterioro moral y espiritual de la nación.

El pecado:

• Nos hace rebeldes.
• Nos hace necios.
• Nos incapacita para vivir la vida plena de Dios. El hombre quiere, pero no puedo.

Comenzó un proceso en restauración. Un proceso diferente, distinto. Requiere tiempo, esfuerzo, perseverancia, implicación.
Recordemos; Dios es un Dios de procesos.
No hay restauración sin reconocimiento de la necesidad, sin verdadero arrepentimiento, sin autentica confesión.
Alguien dijo una frase muy certera "Antes de reconstruir el muro, hay que llorar sobre sus ruinas".La confesión trae liberación.  Nehemías 1.6-7

También reflexionamos sobre:

• El valor del "discernimiento"("ojos del entendimiento abiertos") en la vida y ministerio de Nehemías.La expresión "entendí" Nehemías 4.15,6:12 en el proceso de la oposición, y la del capitulo 8:12 "habían entendido las palabras que les habían enseñado" en el proceso de restauración, unidad y gozo.

• La importancia de "guardarnos" del pecado de la mentira, del engaño, del chisme. Todo eso es reprobable. Tobías cuyo nombre significa "Dios es bueno" no hacía en su vida honor a su nombre, al contrario. Era un verdadero enemigo del pueblo de Dios, pero se hacía pasar como "amigo". Vinculado con muchos del pueblo, camuflado y astuto, con apariencia de piedad pero negando la eficacia de ella. Seamos maduros en el modo de pensar y leales con el pueblo de Dios. Todo lo que es de Dios hay que amarlo y cuidarlo. Que los amigos y compañías que elegimos para compartir la vida tengan espíritu de bondad, sinceridad y lealtad.
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Acompañamos a este resumen del mensaje de ayer con una imagen muy cercana a nuestra cultura como catalanes: "Els castellers" que nos evoca eso de "... todos a una..."